DESCRIPCION DE LA RUTA DE LOS PANTANEROS
Río Turia, conocido por su paso por la ciudad de Valencia desde su nacimiento recorre un impresionante cañón atravesando paredes verticales de tal perfección que imponen al contemplarlas desde la parte mas baja por donde corren las aguas del Turia. La Ruta de los Puentes Colgantes de Chulilla discurre por este singular paisaje, enmarcado dentro del Paraje Natural Municipal Los Calderones, un espacio protegido a fin de preservar sus valores ambientales y culturales.
El origen de la Ruta de los Pantaneros se remonta a la construcción del cercano Embalse de Loriguilla. En la década de los cincuenta, los trabajadores de la presa idearon y materializaron este inverosímil recorrido atravesando las Hoces del Turia; se trataba de un atajo que les permitía llegar caminando desde la población de Chulilla, donde se instalaron temporalmente mientras se prolongaban las tareas de construcción. Poco podían imaginar que, años más tarde, el recorrido acabaría convirtiéndose en un atractivo turístico de primer orden para la comarca de Los Serranos, en el interior de la provincia de Valencia.
La ruta nos llevará a adentrarnos en el impresionante Cañón del río Turia que describe dos pronunciados meandros de los que disfrutaremos con las vistas.
¿Dónde empezar la ruta de los Puentes Colgantes?
Oficialmente hay hueco para dejar el vehículo junto a la carretera, en la zona donde comienza el recorrido y los fines de semana hay control de aforo y se cobra una ecotasa ( 1€ ) para el mantenimiento del paraje. Si tienes pensado ir en los fines de semana de verano o festivos, asegurate de reservar tu plaza pues el ayuntamiento tiene un sistema de control de aforo limitado y “no te dejaran entrar en la ruta”.
A los pocos metros de la ruta podremos disfrutar de los dos miradores que desafían al vacío y se asoman al cañón del Turia, justo sobre la vertical del Charzo Azul: el Mirador de Compuertas y el Mirador de la Carrucha. Tras deleitarnos con las vistas en ambos, continuamos el recorrido en suave descenso, caminando junto al borde de la espectacular garganta. En esta zona conviene estar muy atentos si llevamos niños pequeños.
La suave bajada nos deja en el Paraje de Los Calderones, que da nombre a todo el espacio protegido. En este lugar la rambla de Losa desemboca en el Turia junto a la hoz más pronunciada, llamada «La Punta». Al ir llegando a la hoz de “La Punta” un sonido muy característico nos desvelará la fantástica cascada que podremos contemplar desde varios ángulos. Desde aquí comenzamos una subida moderada finalizando en la entrada de acceso al primero de los puentes colgantes. Antes, hemos de descender por unas empinadas escaleras, por suerte tenemos unas barandillas con pasamanos que nos dan mucha seguridad a la hora de descender y ascender por ellas.
Encontramos el primer puente, de 21 metros de longitud, cruza el Cañón del Turia de lado a lado, suspendido a unos 15 metros por encima del río. La construcción bastante nueva, con acero, madera y hierro, se ve sólida, no obstante el tipo de puente hace que se balancee a la hora de cruzarlo.
Tras atravesar el primer puente colgante, un nuevo tramo de escaleras nos deja en una preciosa zona, donde por primera vez podemos estar en contacto directo con el río. Es una zona privilegiada entre dos puentes colgantes y a ras de rio. Antes y después de los puentes, el rio ocupa todo el ancho de la garganta, con impresionantes paredes verticales que prácticamente llegan a tocarse. La vegetación de ribera, el murmullo del agua, la calma de lugar.. Son factores que invitan a la contemplación y el relax. Algo que solo encontraremos si evitamos los fines de semana o madrugamos mucho.
Apenas unos metros adelante llegamos al segundo de los puentes colgantes, que en este caso se encuentra a unos 5 metros por encima del río con una longitud de 28 metros. Muchas personas dan por terminada la ruta en este segundo puente colgante, atraídas solamente por el encanto de los puentes. Pero merece la pena seguir la ruta hasta el Embalse de Loriguilla, disfrutando así el recorrido original que realizaban los sufridos constructores de la presa. De esta forma, además, nos adentramos en el tramo menos concurrido de la ruta, allí donde las paredes del cañón del Turia alcanzan uno de sus puntos más espectaculares.
¿Cómo se habían podido formar unas paredes tan verticales? La respuesta nos la brinda la geología: hace millones de años, el Turia supo encontrar un camino a través de pequeñas fallas y fisuras en una descomunal masa de roca caliza. Poco a poco, en una tarea incesante, las aguas fueron socavando la dura roca que, al perder sus cimientos, se fue desplomando en grandes bloques, origen de los verticales cortados del cañón.
Estos cañones son el lugar perfecto para los escaladores, que buscan poner a prueba sus límites en estas verticales paredes. Probablemente fueron ellos los que hicieron popular esta espectacular ruta, dándola a conocer al público general.
Al final de la ruta, poco antes de llegar al Embalse de Loriguilla, el barranco se abre y abandonando la constante vista de desfiladeros para ascender a lo alto de la presa. Actualmente la Presa no es accesible, pues la Confederación Hidrográfica del Jucar (CHJ), ha vallado todos los accesos para que no se pueda acceder.
Seguimos ascendiendo por la carretera una vez hemos atravesado el puente sobre el rio, hasta llegar a las casas de la confederación hidrográfica. Una vez ahí nos desviaremos por la carretera hacia la derecha y seguiremos subiendo unos 200 metros, entonces en la misma curva tomaremos el camino recto, para seguir subiendo por una pista, pasando por tres cruces que tomaremos el camino de la izquierda en las tres ocasiones. Una vez completado este camino, nos adentraremos en la senda que esta también a nuestra izquierda. Descendiendo por un mini barranco/ rio hasta encontrarnos con las pinturas rupestres.
Una vez visitadas las pinturas, tomaremos la senda, esta es muy cómoda de andar, y en ocasiones nos invita a correr disfrutando de las vistas. Cuando terminemos la senda, estaremos en la parte baja de Chulilla desde donde podremos contemplar el castillo en lo alto del peñasco. Después tomaremos otra senda que tendremos a la izquierda y caminaremos por ella acompañados del sonido característico del rio Turia, hasta llegar a una gran cueva que pasaremos de largo para recorrer una senda estrecha y con mucho cuidado ladear el cañon, buscando la bajada en zig zag, que nos llevará a él cauce del rio.
Disfruta de las vistas del Charco Azul de Chullilla
Seguiremos el camino fácil por las orillas del rio atravesándolo por las paseras que en ocasiones están inundadas por las lluvias hasta llegar a el Charco Azul, donde disfrutaremos de unas vistas muy bonitas. Y finalmente volveremos por un camino alternativo diferente al de la ida al Charco Azul, que transcurre por la orilla de una canalización del agua subiendo al pueblo de Chulilla y regresando hacia el punto de partida.
